viernes, 8 de mayo de 2020

Patricia Ramírez y sus perros con chaquira.

Patricia Ramírez Pérez enlazó el diseño precolombino y el  arte huichol. Con esas dos temáticas diseñó loros, perros, jarrones y platones en barro bruñido; piezas en madera de cedro y de sabino, y tapetes de lana de oveja. Su obra rompió esquemas al recrear al perro prehispánico: el perro que guiaba las almas mesoamericanas al mictlan o reino de la muerte. En el valle de Colima, los antiguos ceramistas modelaron al perro sentado; en vasija; con máscara; con mazorca en el hocico; en cuatro patas en alerta y en dos patas bailando con otro. Estas piezas son patrimonio cultural de Colima. 

Patricia registró su trabajo ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial. Sus piezas se adquieren en su taller oficna en el centro de Colima, en la galería Venado Azul en Valle de Bravo, Estado de México; María Bonita en Comala, Colima. Actualmente, Patricia prepara un libro para enseñar cómo entrelazar el patrimonio cultural con diseño.


Datos de contacto.
Patricia Ramírez Pérez
Cel. 312 126 36 75
Medellín 150 (altos)
Colonia Centro,  C.P. 28000
Colima, Col.  México
E mail: layoani@gmail.com
Fb Artemisa. Historias culturales.


lunes, 11 de septiembre de 2017

¿Cómo recrear la tradición?

¿Cómo recrear la tradición y diseñar un objeto cultural? ¿Cómo establecer una red laboral con familias de artesanos? ¿Cómo lograr la calidad en un producto artesanal? 

Ahora escribo sobre la creatividad y mi quehacer como creadora de objetos culturales para mostrar a los estudiantes de diseño artesanal cómo enlazarnos con la tradición y al conocimiento ancestral a través de la creación y del establecimiento de redes productivas con artesanos y personas de las comunidades indígenas.

¿Qué es la creatividad? Es un proceso cognitivo que genera ideas nuevas o transforma ideas viejas en conceptos actualizados, según la profesora en psicología de la Universidad Libre de Bruselas, Liane Gabora.1

¿Cómo se inicia la creación de un objeto cultural? Apreciando nuestro entorno, nuestras raíces y leyendas para encontrar el alma del producto.  Necesitamos ver con el corazón, la creación de objetos es algo que se vive, que se intuye, que se siente, para crear expresiones plásticas que emocionen al espectador.2   

Ahora bien, la recreación resulta cuando se actualiza una obra plástica a partir de otra ya existente.  En la recreación de objetos con simbolismo es esencial intuir la organización de los elementos abstractos que conforman el objeto4 es decir, la transformación de una pieza prehispánica en una contemporánea  es un proceso de conciliación entre el  diseño y los atributos simbólicos de la obra primigenia. 

En un inicio, pensé en escribir mi experiencia únicamente y el uso de un método de diseño como medio creativo, pero conforme iba trabajando veía espléndidos objetos que se generan de manera natural y espontánea  como las piezas de decoración de Benito Cabrera Orozco elaboradas en fibras vegetales y barro negro, o las figuras de cartón y pasta de Dafne González Paz o la obra de Rebeca Maltos inspirada en figuras icónicas del arte mexicano como Frida Khalo y Diego Rivera; y es que la creatividad posee múltiples caras y circunstancias y no sólo se crea mediante un método sino también de manera kinestésica, es decir de las sensaciones que percibe una persona creadora de las texturas,  del color y de las formas de los objetos cuando manipula los materiales.  

Creo sinceramente que la inventiva y el dinamismo de los diseñadores en la concepción de objetos culturales y en la creación de redes justas con artesanos y personas de las comunidades indígenas enriquecen la oferta artesanal y generan fuentes de trabajo.  Mi agradecimiento sincero a las personas,  instituciones y empresas que valoran el trabajo artesanal y pagan su precio, esto permite que la tradición continúe y se fortalezca la cultura artesanal. 
  
1 Ver. http://pyme.lavoztx.com/los-5-pasos-del-modelo-del-proceso-creativo-5753.html
2 Ver. WESTHEIM PAUL, “Pensamiento Artístico y Creación, Ayer y Hoy”, p. 175
3 Ver. WESTHEIM PAUL, “Pensamiento Artístico y Creación, Ayer y Hoy”, p. 179. 







miércoles, 12 de julio de 2017

Dafne González Paz y su empresa "Chipotlearte".

En la búsqueda de empresas culturales encontré la marca “Chipotlearte” MR en donde se elaboran expresivas y coloridas catrinas, calaveras, imanes, joyería y cuadros por la artista Dafne González Paz (Dafne Paz en las redes sociales)  originaria de la Ciudad de México.

Dafne empezó a crear en Buenos Aires gracias a un importante evento que organiza el Gobierno Argentino en el que participan las colectividades que radican en ese País; me cuenta que cuando llegó al festejo vio que de parte de México “teniendo tanta cultura y tantas cosas hermosas, sólo había un puesto de tacos”.  En consecuencia, empezó a realizar objetos de identidad apoyada de su hija Aurea y de su esposo argentino Alejandro Sturtz iniciando con catrinas, piñatas y alebrijes. 

¿Cómo creas tus productos? Le pregunté. “La gran mayoría nacen de la nada, yo no realizo bocetos, yo dejo que la pieza me dicte el paso siguiente”.   Su hija Aurea decora las piezas, “Auri dibuja y pinta maravillosamente, le da vida a las catrinas pintando sus ojos en cuatro tonos de color”.  Su esposo Alejandro se enfoca más a las redes sociales.

¿Cuál es el proceso de una catrina? “Lleva una base o alma de cartón y sobre ella voy armando con pasta todo el cuerpo y cada detalle, después con alambre refuerzo el cuello y los brazos y al final le aplico una resina que le da una apariencia cerámica, esto la hace resistente e impermeable. Es una pieza que dura por siempre.”

Además de enviar su obra a distintos lugares de Estados Unidos, España, Colombia, Brasil y Chile,  Dafne  ofrece talleres de arcilla polimérica a niños y adultos en la colonia del Valle en Ciudad de México. “Deseo acercar a las personas a la tradición.”  Me dice.

“Con la creatividad se nace”.  En efecto, Dafne pertenece a una familia de artistas en donde  muchos tienen habilidades manuales y por si fuera poco,  es sobrina nieta de la primera mujer muralista de México: Aurora Reyes.  “Yo realmente amo lo que hago” Concluye con gran orgullo. 




lunes, 5 de septiembre de 2016

Javier Flores Cruz y su arte fotográfico.

Colima un estado del occidente de México ubicado en el cruce de la Sierra Madre del Sur y el Eje Neovolcánico Transversal, con montañas, cerros y barrancas en las tres cuartas partes de su territorio y una diversidad ecológica que ofrece vida y abundancia a su tierra y a su gente.   Estas características han sido apreciadas por el colimense Javier Flores Cruz realizando una obra de gran estética, color, fuerza y movimiento.

Javier retrata emociones tan contrastantes como la inocencia o el valor, la sorpresa o la tranquilidad, la alegría o el fervor, además captura los mejores amaneceres y paisajes de este pequeño paraíso. “Soy un fotógrafo documentalista, que registra la vida diaria, la calle, las actividades cotidianas, reproduzco las imágenes que son comunes para todos”.  Javier plasma con su lente la “festividad de los chayacates” del día seis de enero en el municipio de Ixtlahuacán, la “entrada de la Imagen del Rancho de Villa”, el espectáculo taurino en la petatera en Villa de Álvarez, las celebraciones en las comunidades indígenas de Zacualpan y Suchitlán, y las pastorelas en Quesería, en el Naranjal y en Chiapa.   “La fiesta popular es un resumen de lo que un pueblo cree, hace, vive y disfruta”, puntualiza.  


sábado, 6 de agosto de 2016

La Casa Grande de Tacoaleche Zacatecas.

Es La Casa Grande una finca afrancesada del siglo XIX, con terraza y patio central y atalaya,  parte del casco de la que fuera hacienda de Tacoaleche, construida entre 1891 y 1895 por Don Antonio García Rojas, hijo de Don Antonio García Salinas y sobrino del gobernador Francisco García Salinas Tata Pachito. Dicen que Don Antonio cada fin de año regalaba cobijas, mantas, rebozos, sombreros, vaqueta para huaraches, correas y zapatos; se dedicó a la agricultura, ganadería y al comercio hasta que inició la revolución mexicana y se mudó a la ciudad de México.  La hacienda se quedó en manos de los hermanos Salinas pero con la reforma agraria fue repartida entre la población naciendo el ejido de Tacoaleche en 1938. Posteriormente el inmueble fue hospital y cárcel durante las guerras de la revolución mexicana y la cristera, escuela, casa de evangelización, comisaría ejidal, vivienda y set cinematográfico de películas como “Emiliano Zapata”.  

Finalmente para rescatar esta joya arquitectónica de 2500 m2 de adobe, de cimientos de piedra y columnas de hierro fundido y moldeado, de pisos de duela y cien puertas de madera, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) inició su reconstrucción a finales del 2008, y en septiembre del 2012 abrió sus puertas nuevamente.

Actualmente La Casa Grande es la sede del “Centro de Investigación y Experimentación en Arte Popular de Zacatecas” (CIEAPZ) cuya misión es “formar investigadores especializados en Arte Popular y Artesanía, así como desarrollar proyectos de investigación y experimentación en los procesos de creación de alta calidad, mediante programas  de excelencia, con la participación de especialistas de reconocida trayectoria”. Hoy día se tejen historias de color, de talento y creatividad, con el papel, el cartón y la chaquira, la plata y la cerámica, la piedra y la madera, las fibras vegetales y los textiles, gracias a la Subsecretaría de Desarrollo Artesanal y a la Secretaría de Economía del Estado de Zacatecas, al personal del CIEAPZ y al conocimiento de instructores nacionales e internacionales que fortalecen la técnica de los artesanos zacatecanos y dan vida a la comunidad de Tacoaleche.


http://tacoaleche.com/nuestro-pueblo/origen-de-la-hacienda-de-tacoaleche/http://www.cenart.gob.mx/2015/07/arte-popular/




viernes, 10 de junio de 2016

El perro prehispánico de Colima.

Desde tiempos inmemorables el perro ha sido una criatura cotidiana en la vida del colimense,  en la época precolombina fue domesticado y consumido; al respecto Armando Martínez de la Rosa escribe “parece ser un hecho innegable que dos eran las razas que acompañaron a los antiguos colimotes en su vida cotidiana y sus rituales religiosos: el esbelto xoloitzcuintli y el regordete y chaparro tlalchichi” 1. Ambos eran mudos y pelones, el tlalchichi tenía una dentadura normal y completa, a diferencia del xoloitzcuintli que los tenía chuecos e incompletos2.  Durante la tradición Comala (1 – 500 d.C.) fueron modelados en arcilla con una exquisita destreza en distintas actitudes desde los estilizados en posición sedente a los cebados sobre cuatros patas, hay perros que aullan, otros que duermen, una pareja que baila, unos portan una máscara de hombre o una mazorca en el hocico, hay figurillas de siameses y gran  variedad de vasijas.

En el mundo náhuatl el perro tenía varios significados simbólicos, fue el dios Xólotl, la estrella de la tarde, hermano gemelo de Quetzalcóatl estrella de la mañana y representaba su contrario: oscuridad, inframundo y muerte.  Xólotl tenía la función de transportar al sol en el atardecer hacia el reino de la oscuridad, 3  del mismo modo que el espíritu del perro guiaba al de su  amo al Mictlan o  reino de la muerte.

La reproducción de xoloitzcuintlis y tlalchichis es la artesanía étnica más popular que decora hogares, oficinas y espacios públicos, es el tema de obras gubernamentales como la glorieta de los perros bailarines que “observan” a transeúntes y automovilistas rumbo al pueblo mágico de Comala, y de trabajos  independientes como el “hibrido” en “Artemisa” de Patricia Ramírez Pérez.   Así el alma del que fuera el acompañante del mesoamericano al Mictlan, sigue en la vida del colimense para fortalecer la identitidad regional y evocar su pasado prehispánico.

1 y 2 Ver. MARTINEZ DE LA ROSA, “Diario de Colima” 8 de junio, p. 4-A, Colima, 2008.

3  Ver. DE LA GARZA MERCEDES, “Arqueología Mexicana” p. 28, Vol.VI , No. 35.




jueves, 2 de junio de 2016

¿Por qué es singular la cerámica precolombina?

La cerámica fue la primera manifestación plástica en Mesoamérica, aproximadamente en el preclásico 2,500 a.C.  El barro se encontraba en la naturaleza y para trabajarla se dejaba secar, se pulverizaba, se limpiaba de piedras, luego se mezclaba con agua hasta conseguir una masilla.  Las piezas se dejaban cocer al sol y posteriormente al fuego en hornos.

Eulalio Ferrer en su trabajo de “El color entre los pueblos nahuas” describe la devoción del mesoamericano por el color, y cuánto experimentaban para obtenerlo ya sea de los insectos, de la madera quemada del palo de Campeche, de las flores, de los óxidos de hierro, de moluscos, de las semillas y frutos y hasta de las raíces.    Horacio y Lena García en “La química en el arte” explica: “había dos grupos expertos en la producción de colores: los tlacuilos o pintores y pintores y escribas, o tlahpaquis o tintores, ambos grupos eran una especie de sacerdotes que poseían un profundo conocimiento mítico y simbólico del color.  Los pigmentos se vendían en polvos o mezclados con adherentes como la baba de nopal en los tianquismeh o mercados. 1

Los vestigios cerámicos de Colima poseen el color y el brillo de la terracota, sólo los pertenecientes a la fase Ortices tienen elementos guindas.  La cerámica de la fase Comala que va del 1 – 500 d.C. es excelsa por su precisión circunscrita en figuras geométricas, por la fuerza visual y su armonía.     De acuerdo a Laura Almendros el ceramista de este período tuvo libertad plástica y modelaba a mano porque era una sociedad poco institucionalizada, no como en Teotihuacan o Tula que tenían una clase jerárquica que controlaba la expresión artística.

El Dr. Patrick Johansson en su artículo de “Mitología, mitografía y mitokinesia”, relata que en el mundo náhuatl precolombino en los textos “ya sean verbales, pictóricos o dancísticos muestran una estructuración del sentido donde lo sensible y lo formal ocupan un lugar preponderante, un mensaje no se consideraba como comprendido hasta que fuera sentido, el hecho de que en náhuatl el mismo significante mati cubra campos semánticos como saber y sentir es una prueba fehaciente de ello.  Esto habla de un pueblo sensible  que lo mismo escribía poesía, esculpía o modelaba, concebía música o edificaba obras arquitectónicas”. 2  

1 Ver. RODRÍGUEZ,  “El color entre los pueblos nahuas”, p. 214.
2 Ver. JOHANSSON, “Mitología, Mitografía y Mitokinesia”, p. 19.