jueves, 3 de marzo de 2016

Mónica Velásquez y la miniatura "Roque".

La arqueóloga Mónica Velásquez  Roque pertenece a una familia zacatecana de artesanos de más de cuatro generaciones que recrea la cotidianidad y la tradición, la religión y la festividad, el dolor y la alegría con creatividad y  colorido. Sus piezas son miniaturas en barro y algunas de ellas miden menos de un centímetro, lo que predomina son los “trastecitos” y los “monitos” de 1cm a 3 cm. que utilizan en nacimientos, cocinas, mercados, “callejoneadas”, funerales y sus ingeniosas macetas con plantas naturales en las que diseñan jardines a escala.

Desde tiempos inmemorables los Roque extraen el barro del mismo banco de tierra de manera rústica, manufacturan y decoran sus piezas en distintas técnicas y han adaptado su trabajo al mercado actual sin perder su esencia: sus “trastecitos” –jarritos, molcajetes, platitos, comales o metates- que en el siglo pasado eran juguetes, hoy día los ofrecen como objetos decorativos o los engarzan para collares, pulseras o aretes.  En Jalpa está el taller de los abuelos, y en Zacatecas tienen un estudio artesanal conformado por Mónica, Eloisa Roque -su madre-,  y sus hermanas Laura América y María Virginia; actualmente se han incorporado su esposo Cornelio Ochoa y su cuñada Esmeralda.  La familia Roque tiene un punto de venta en el centro zacatecano. 

¿Cuál es el proceso productivo? “Primero se extrae la tierra con  pico y pala, luego se muelen los terrones grandes con garrotes y se amasa hasta obtener el barro y se elaboran las piezas ya sea modeladas a mano, moldeadas, o paleteadas; sigue el decorado el cual puede ser pintado, bruñido, esgrafiado, con incisiones, o esmaltado y finalmente se coce el producto a baja temperatura entre 800 y 900o  centígrados”.

Mónica es una mujer apasionada y perfeccionista, con premios en certámenes de barro e instructora de talleres en Zacatecas. “Mi profesión me ayudó a descubrir el gusto por la tierra, -aunque desde niña he tenido contacto  con ella-, no fue hasta que la conocí desde la perspectiva científica cuando comprendí totalmente sus propiedades y transformaciones”. Y agrega: “el trabajo que realizamos los artesanos es de enorme valor debido a que los procesos y técnicas son heredados de nuestros antepasados, los cuales deben ser  rescatados y difundidos para preservarlos”.



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