Me interesé en la magia del color a temprana
edad gracias a mi madre que me decía “esto no combina” o “esto se ve bien”, más
tarde aprendí que el color se percibe a través de bastones y cornetas, en la
universidad conocí los colores primarios, los secundarios, los terciarios y los
opuestos, y pinté con vinílicas el círculo de color; pero cuando conocí los
fajos de colores luminosos elaborados en telares de cintura de Chiapas, las
decoraciones de las cajas de olinalá de Guerrero, o la luminosidad de los trabajos wixaricas mi acervo cromático
se volvió exuberante.
El mes de diciembre fui contratada por el
Gobierno del Estado de Zacatecas para instruir un taller de diseño de dos
semanas en el “Centro de Investigación y Experimentación en Arte Popular de
Zacatecas” (CIEAPZ) para personas que transforman la piedra, la
plata, el cartón, la arcilla o las cuentas de chaquira. El
objetivo general del taller era el fortalecimiento de la estética a través de
ejercicios de la comunicación visual. ¿Qué es comunicación visual? Es el
lenguaje que se logra con ideas, las ideas se materializan en una composición,
y una composición es el ordenamiento de elementos con un fin determinado. Estos elementos son el punto,
la línea, el contorno, la dirección, el tono, el color, la textura, la dimensión,
la escala y el movimiento. Se realizaron cinco proyectos con pintura vinílica en
papel ilustración, los tres primeros sobre el color y el cuarto y quinto sobre la
flora y fauna zacatecana. En esta
primera parte presento los trabajos del círculo de color elaborados por los
participantes al taller: José
Pacheco y Rosa Isela Gutiérrez, Esmeralda Ochoa, Apolonia González, Rosario,
Luis y Azucena Sánchez, Francisco Sánchez y Ma. Del Refugio Blanco, Ana
Bocanegra, Mtro. Felix Muro, Mónica Velásquez, Susana Díaz y Rosario Guzmán.
Muchas gracias por su valiosa participación y su talento desbordante. (Primera
parte).